Gestión micológica Lagunilla


Gestión forestal micológica
 Es el conjunto de tratamientos aplicados a una masa forestal para lograr su perpetuación en el tiempo siguiendo los principios de sostenibilidad y uso múltiple. 

Estas intervenciones presentan muchas alternativas dependiendo de la especie o especies a tratar y de los fines prioritarios que se pretende lograr. 

Se trata en definitiva de aplicar el conocimiento de la estructura, crecimiento, reproducción y características de los vegetales que pueblan los montes de forma que se obtenga de ellos una producción continua de bienes y servicios necesarios para la sociedad.

Habitualmente la producción sobre la cual se basaba la gestión: tratamientos a llevar a cabo, extensión y distribución temporal; ha sido la explotación de la madera. Sin embargo existen otros muchos productos y usos a tener en cuenta y que cada vez son más valorados, sobretodo en el área mediterránea, donde la diversidad de producciones obtenidas (caza, pastos, hongos, frutos silvestres) tiene muchas veces un rendimiento económico y social que supera con creces el que puede proporcionar la madera.  

Entre los productos que en los últimos tiempos están comenzando a ser valorados por parte de gestores, investigadores, propietarios y usuarios está la recolección de hongos comestibles.



Actividades específicas.
Las prácticas selvícolas aplicadas en estos ecosistemas, afectan de manera directa a la comunidad fúngica existente y al equilibrio del propio bosque dado el papel ecológico determinante de los hongos. 

Es escasa aún la información existente relativa al  efecto de determinadas prácticas selvícolas,  sobre la riqueza y producción micológica.
En algunos estudios recientes se ha apreciado el comienzo de la producción de hongos al alcanzar los árboles cierta edad. A medida que aumenta la madurez del ecosistema se incrementa la complejidad del dinamismos poblacional de los hongos micorrícicos.

Es decir, en plantaciones jóvenes o en localidades que han sufrido algún tipo de perturbación (incendio, sequía prolongada, pastoreo) las poblaciones fúngicas micorrícicas son muy limitadas en diversidad y cantidad de propágulos. 

Ambos factores se incrementan de manera paralela a como lo hace la propia vegetación a lo largo del tiempo, debido a la mayor abundancia de propágulos que llegan al ecosistema y encuentran un nicho favorable, la mayor abundancia de materia orgánica y nutrientes así como la mayor diversidad intrínseca de especies. 

Además puede existir una influencia variable por parte de la vegetación acompañante, del estrato arbustivo o herbáceo, a la que no se encuentra directamente asociada el hongo pero que en general proporciona unas condiciones favorables para su desarrollo, si no se encuentra en densidades demasiado elevadas.


En algunas zonas  las mayores cantidades de Boletus edulis se asocian a una abundancia de Vaccinum myrtillusErica vagans y Myrica gale esta última especie fijadora de  Nitrógeno.  Como los carpóforos tienen un elevado porcentaje de proteínas,  las plantas fijadoras de N son muy interesantes ya que los hongos ectomicorricicos, son capaces de mineralizar nitrógeno orgánico del suelo a través de las micorrizas y proporcionárselo a la planta simbiótica a la que están asociados. 

Los hongos presentan una determinada ecología que se traduce en unas preferencias edafoclimáticas y un rango de estaciones en las que puede competir con éxito con el resto de seres vivos por los recursos existentes.

Así se ha comprobado que además de necesitar un organismo asociado que proporciona los hidratos de carbono, los hongos micorricicos presentan ciertas exigencias en cuanto a condiciones del medio.

a) Luz
En lo que se refiere a la necesidad de luz, a pesar de no desarrollar actividad fotosintética se ha constatado que existen especies asociadas a lugares de elevada cobertura y densidad vegetal, mientras otras pueden necesitar más luminosidad directa. (Boletus edulis, Lactarius deliciosus o Amanita caesarea).

b) Características del suelo.
Existen ciertas intolerancias, por ejemplo para un grupo importante como son las apreciadísimas trufas (Tuber sp.), la mayoría de las cuales aparecen preferentemente en terrenos calizos. 

En cambio muchas especies de los géneros Cortinarius, Russula o Boletus crecen en suelos de cierta madurez edáfica. Mientras el níscalo Lactarius, abunda más en terrenos sueltos, bien drenados y arenosos procedentes de la degradación de areniscas, granitos, cuarcitas, pizarras y esquistos las trufas prefieren terrenos de naturaleza calcárea, sobre los que se asocian a las encinas, quejigos u otras frondosas.

c) Climatología.
Aunque los requerimientos climáticos de las especies fúngicas, suelen asimilarse a la de la especie o especies arbóreas o arbustiva a la que se encuentra asociada, la cantidad producida de cuerpos de fructificación, se consideran generalmente ligada a las condiciones climáticas anuales, ya que se da el caso de que una especie se encuentre presente de manera latente en el ecosistema y no llegue a fructificar o lo haga de manera limitada, debido a la dureza del clima.

Cualquier tratamiento que contribuya a favorecer las masas mixtas,  también lo hace a diversificar las especies de hongos y así la productividad es más continua a lo largo de los años. Los bosques mixtos de coníferas y frondosas presentan una mayor variedad de especies micoflorísticas que las masas monoespecíficas. Como sus suelos son más ricos que los de las coníferas, la variedad ecológica es mayor.



Aspectos específicos de gestión.
La gestión del potencial micológico debe apoyarse en una bases claramente definidas que marquen las pautas:

1. Los hongos micorrizógenos comestibles son simbiontes obligados con plantas vasculares, ya sean pinos, castaños, hayas, alcornoques, encinas, jaras, etcétera, de tal manera que si se elimina la planta la micorriza desaparece. 

2. Los hongos micorrizógenos comestibles tienen una importante especificidad con las plantas con las que se asocian: Lactarius deliciosus, Tricholoma terreum  y Boletus pinophilus  se hallan, en general, en zonas con pinos; mientras que Tuber melanosporum, Boletus aereus  y Amanita caesarea  los encontramos en zonas con especies del género Quercus, Castanea  y otras frondosas. 

3. Cuando los árboles son jóvenes la flora micológica es diferente (aunque no del todo) a la de estos mismos árboles cuando son viejos. 

4. Algunos hongos, capaces de formar micorrizas con ciertas especies de plantas, sólo producen cuerpos de fructificación con unas pocas. En el caso de Tuber melanosporum, ésta se puede asociar con pinos; pero entonces no produce carpóforos, o sea que no llegan a recogerse trufas, aunque haya micorrizas (PACIONI, 1987). Una plantación de encinas o quejigos en estos pinares haría producir trufas. 

5. Cada especie de árbol se puede asociar con cientos y aun miles de especies (TRAPPE & FOGEL, 1977) pero sólo algunas son de interés comercial (SALO, 1979).

6. Los bosques mixtos, con mezcla de especies arbóreas, tienen mayor número de especies de hongos, con lo que hay más diversidad en la producción. 


7. Los hongos ectomicorrícicos son capaces de aprovechar el nitrógeno orgánico gracias a la actividad celulolítica y pectolítica de los mismos (DAHM & al., 1987), por lo que resulta de gran interés la fertilización orgánica tal como urea y estiércol (SALO, 1979).

8. La eliminación del matorral en los bosques puede llegar a perjudicar seriamente la producción de hongos. 

9. El laboreo del suelo rompe las raíces en la zona superficial donde abundan las micorrizas, por lo que no es aconsejable.

10. En los castañares, a causa de la “enfermedad de la tinta”, es recomendable el sistema de monte bajo frente al de monte alto. De no existir tan grave enfermedad el monte alto es más productivo, forestalmente hablando (ELORRIETA, 1949).

11. Los fitocidas con que se han tratado los matorrales de los bosques son netamente perjudiciales, pues al atacar la vegetación leñosa, por una parte, y al micelio y micorrizas, por otra, destruyen la simbiosis. 

12. Se debe buscar un equilibrio entre las producciones de hongos y las de madera, corcho y pastos. El aclareo del bosque tiene como función el eliminar los árboles sin futuro y dominados. En los pinares, según nuestras observaciones, los árboles dominantes producen más hongos micorrizógenos que los dominados.

Criterios de buenas prácticas para la recogida de setas.
Los hongos son considerados como un recurso natural ligado a determinados hábitat, que crecen de forma espontánea cuando se dan una serie de factores ligados a la propia biología de los hongos, a la biología de las plantas acompañantes, a las características del suelo y del clima. 

Equilibrar todos esos factores es una situación que no se da fácilmente, por eso los hongos aparecen y desaparecen de forma rápida para aprovechar las condiciones favorables. La permanencia en el tiempo de las condiciones favorables de su hábitat hace imprescindible tener una serie de cuidados en la recolección que permitan mantener las producciones en años sucesivos.



Por eso es importante tener en cuenta unas normas básicas a la hora de hacer la recolección tanto para mantener los diferentes hábitat como para que las setas recolectadas lleguen a casa o al mercado en buen estado.

Utensilios y material aconsejable:
  • Evitar el transportar las setas recolectadas en bolsas de plástico, el transporte más adecuado es una cesta de mimbre de poco fondo.

  • Utilizar una navaja de hoja larga para poder desenterrar los pies sin dañar el micelio.

  • Un bastón, cayado o similar para buscar entre la vegetación u hojarasca.

  • Calzado adecuado para andar por el bosque.

  • Una lupa o cuenta hílos para poder observar ciertas características inapreciables a simple vista.

  • Libreta y lápiz para anotar los aspectos más interesantes de la excursión micológica y en todo caso también una cámara fotográfica.

Normas y consejos para la recolección.
 Con relación al hábitat:
  • Respetar las especies que no se conocen.

  • Cuidar los lugares en los que se encuentran los hongos.

Con relación a los hongos recolectados:
  • No recoger setas que crezcan cerca de basureros, carreteras o caminos con mucho tráfico, fábricas o industrias, así como terrenos de cultivo en los que se hayan empleado biocidas.



  • Evitar la mezcla de setas de distintos setales o distintas especies.

  • Revisar una por una cada seta que se vaya a comer.

  • Jamás consumir trozos sueltos de setas de difícil identificación.

  • Rechazar las setas en malas condiciones o muy viejas.

  • Cortar las setas con la navaja donde el pie se inserta en la tierra para respetar el micelio, procurando no remover el suelo para no estropear las futuras fructificaciones.

  • Deben respetarse los ejemplares de setas muy pequeños.

  • Respetar los ejemplares envejecidos, pasados o agusanados para favorecer la esporulación y las fructificaciones futuras.

Falsas ideas acerca de las setas
  • Las setas venenosas ennegrecen al cocerse con  un objeto de plata. Esta reacción se debe a compuestos azufrados, no a las toxinas de las setas.

  • Las setas venenosas oscurecen con un ajo o cebolla.

  • Las setas que aparecen en el mismo lugar año tras año son siempre comestibles. Junto al micelio que permanece en el mismo lugar puede crecer micelio de otra especie tóxica.

  • Las setas venenosas pierden su toxicidad tras haber sido mantenidas en agua, salmuera o vinagre. Esta es una técnica de conservación pero no elimina en absoluto las toxinas peligrosas.

  • Las setas que presentan restos de haber sido mordidas o consumidas por algún animal no son venenosas.

  • Las setas presentan toxicidad por haber sido tocadas por animales.

  • Las setas presentan toxicidad o no según el terreno donde crezcan.

  • La  toxicidad de las setas varia según el color que presentan en fresco o al corte.

  • Las setas  que crecen sobre tocones de árboles son siempre comestibles. Ciertas especies muy tóxicas, o incluso mortales (Galerina marginata, Omphalotus olearius) crecen sobre troncos o tocones de árboles.

Otras creencias falsas:
  • Las setas que salen en los prados en primavera y huelen a harina son comestibles.

  • Las que tienen pie mazudo y huelen a harina son comestibles.

  • Las setas blancas que no amarillean al pasar una noche al sereno son comestibles.
  

 Especies comestibles más interesantes que se pueden hallar en el ecosistema del castaño.
  • Amanita caesarea (oronja)
  • Boletus pinophilus (boleto del pino).
  • Boletus reticulatus (boleto reticulado).
  • Boletus aereus (hongo negro).
  • Boletus regius (boleto real),
  • Russula virescens (seta del cura),
Todas ellas consideradas excelentes comestibles y muy buscadas por todos los aficionados.
Otras especies comestibles son:
  • Clitopilus prunulus (mojardón).
  • Russula vesca (rúsula comestible).
  • Cantharellus cibarius (rebozuelo).
  • Russula cyanoxantha (carbonera).
  • Boletus erythropus (pie rojo).
  • Xerocomus subtomentosus.
  • Fistulina hepatica  (lengua de buey) ,...



Formando parte del  cortejo micológico se encuentran algunas especies tóxicas. Las más frecuentes son: 
Especie muy tóxica: Amanita phalloides (oronja verde) que es muy frecuente a principios de otoño y se asemeja por su color verde  a la Russula virescens (seta del cura) que es comestible.
Especie muy tóxica Entoloma lividum (seta pérfida o engañosa) que tiene un aroma muy agradable a harina y sus láminas en la madurez toman tonalidades asalmonadas.

Además se encuentran otras especies tóxicas como:
  • Boletus satanas (mata parientes).
  • Boletus calopus.
  • Amanita pantherina (muy parecida a A. spissa, A. gemmata o junquillea).

Situación de la gestión fúngica.
Como consecuencia de la temporalidad en la aparición de los carpóforos, la variación de fructificación de unos años a otros y la falta de un control riguroso no hay ninguna estimación aproximada del volumen de hongos micorrícicos que se recogen.
Este recurso natural adolece de carencias de legislación y de un plan de gestión sostenible que permita su aprovechamiento actual al mismo tiempo que no se hipoteca su futuro.
El 25% de la comercialización de hongos en Castilla y León se encuentra localizada en la comarca de Aliste (Zamora). Las empresas localizadas en esta comarca procesan hongos no solamente de la provincia de Zamora sino también de las limítrofes. El destino mayoritario de los hongos recogidos es la exportación (Italia y Francia) y una pequeña parte que se queda en España destinada a proveer mercados con más experiencia de consumo de hongos.

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